Artigo
04 de maio de 2014
Por Kumbaya
Carrero, professor universitário equatoriano
La Crisis Estructural del Capitalismo, sólo
concluirá con la destrucción total o mayoritaria de del Modo de Producción
Capitalista y las Relaciones Sociales de Producción que las sustentan, en ella
incluidas las relaciones de poder.
Pero mientras tanto esto se da,
presenciamos procesos (cíclicos cada vez
más cortos) de crisis económica, Financiera, de Oferta y Demanda a nivel
Mundial, que sólo en la medida en que tocan
las estructuras de los países que hegemonizan el manejo de la economía
mundial… Estados Unidos, Unión Europea (Alemania, Francia, Inglaterra), Japón,
India y China, llaman la atención a los grupos de poder transnacionales, al
grado que no han vacilado en aplicar para sí, como uno de los recursos antes
inimaginables para su protección, la misma política neoliberal, aplicada en los
países bajo su dominio colonial.
La auto aplicación neoliberal, provoca el
aparecimiento de procesos de resistencia social, en Francia, en España surgen
el movimiento de los Indignados, pero de
una aparente incoherencia y que expresa la falta de dirección
revolucionaria; presenciamos el triunfo electoral de la Derecha en España y
Francia y de otra parte, en Estados Unidos movilizaciones sindicales, y de
migrantes contra la política gubernamental y las decisiones del Congreso
Norteamericano, Obama es el presidente norteamericano con la política más dura
en contra de los migrantes
La crisis permanente del capitalismo en su
etapa final es insostenible. Del análisis del FMI y del BM se prevé que el
proceso de extracción de la plusvalía internacional seguirá en aumento. Los
saqueos de las economías de los países en desarrollo estarán en el orden del
día. De tal manera que, se espera en
este año y el transcurso de los dos siguientes, que los efectos de estas crisis
y su recuperación pasen factura a los países en desarrollo proveedores
principalmente de materia prima.
Por otra parte, en el marco de una etapa
revolucionaria, Latino América es la evidencia de un proceso prerevolucionario1
abierto y que todavía no consolida o no construye una dirección revolucionaria,
corriendo el riesgo de llevar a la clase obrera y el proletariado a una grave
derrota y el triunfo de la reacción2, que podría llevarnos a una
nueva situación, a una situación no revolucionaria3.
Todos estos procesos, como parte de la
expresión de resistencia popular a las políticas neoliberales que se venían
aplicando, en función de las recetas y las cartas de Intención del FMI en cada
uno de los países de América del Sur, posibilitaron agrupaciones y corrientes
de Frente Amplio con propuestas del lado de la Izquierda política.
En la actualidad, en cada varios países
suramericanos los Gobiernos de Frente Popular implementados sobrepasan un
periodo presidencial, las poblaciones empiezan a pasar factura, y los
discursos, no atinan a rebasar la propuesta de reforma de la estructura
institucional del estado, mientras los programas asumen tendencias
“keynesianas” abiertas a los mercados internacionales.
En este marco en Ecuador René Ramírez4
(Ex secretario SENPLADES) se pronuncia indicando que se ha asumido el gobierno,
pero no se ha tomado el poder.
A partir del feriado bancario de 1999 se
evidencia con claridad la apertura previa de un proceso prerevolucionario en
América y cuya expresión más contundente en Ecuador tuvo lugar con la presencia
de los forajidos y la caída de Lucio Gutiérrez.
Este proceso llevo a que se presente un
acuerdo temporal entre las organizaciones sociales, obreras, campesinas,
gremiales con organizaciones políticas de las diferentes tendencias de
Izquierda y de centro, reconfigurando inicialmente un Frente Amplio que lleva a
la presidencia al Eco. Rafael Correa Delgado (que venía de ser ministro de
economía del Gobierno de Alfredo Palacios5) y a Lenin Moreno como su
vicepresidente.
Con este preámbulo de las jornadas de los
forajidos6, donde la propuesta estaba planteada con la consigna de
“QUE SE VAYAN TODOS”, y el proceso electoral del 2006 que hecha a tierra a los
principales exponentes de la partidocracia, se constituye una nueva alianza de
Gobierno de Frente Popular, entre
las organizaciones Políticas de
Izquierda y de Centro, como el Partido Socialista Frente Amplio, Pachakutik,
MPD, Ruptura 25, fracciones de la ID y de la DP, Nuevo PAIS, que venían
debilitadas y desgastadas del proceso anterior con Lucio Gutiérrez y el primer
ensayo de Gobierno de Frente Popular, más las organizaciones de Base y
organizaciones clasistas que también fueron golpeadas y debilitadas por ese
proceso, como la CONAIE, FUT, todas las centrales sindicales, organizaciones
campesinas, la Federación de Estudiantes Secundarios y Universitarios Públicos
y Privados, la gran mayoría de ONGs con estructura o acción nacional y sectores
de la burguesía agroexportadora e industrial comercial.
En el 2007 se consolida un modelo
gubernamental centrado en los procesos electorales, fortalecidos y acompañados
permanentemente por una acción mediática, configurada desde la óptica de los
eruditos de la academia, con Alberto Acosta a la cabeza7. Se
conforma la Asamblea Nacional Constituyente, proceso en virtud del cual se
neutraliza la escalada del movimiento de masas hacia una acción de carácter
insurreccional.
Este proceso enmarcado en una lucha
encarnizada por conciliar el poder en la hegemonía que representa el Estado
Ecuatoriano, presenta como una debilidad, de la estrategia institucional y de
gestión que es aterrizada en el nuevo Modelo de Gestión planteado en el Plan
Nacional del Buen Vivir y de manera inicial primero en los cinco ejes de la
Revolución Ciudadana y que ahora suman diez, es que tiende a desviarse
pragmáticamente hacia el proceso de producción y explotación capitalista más
simple8.
La tarea de los Gobierno de Frente Popular es distraer a la
vanguardia del proletariado, destruir sus organizaciones, mientras la burguesía
y los partidos del capitalismo se reagrupan, rearman y reorganizan en función
de mantener su poder.
Para el efecto puede llegar a emplear los
métodos del fascismo. Desde aquí debemos recordar siempre que en momentos de
auge revolucionario “al imperialismo se le hace indispensable movilizar a la
pequeña burguesía y aplastar al proletariado con su peso… En la medida en que
el proletariado se muestre incapaz, en un momento determinado, de conquistar el
poder, el imperialismo comienza a regular la vida económica con sus propios
métodos; es el mecanismo político, el partido fascista que se convierte en el
poder estatal” (Bonapartismo, fascismo, y guerra; Leon Trotsky, 1940).
En esta circunstancia las direcciones
traidoras que se han tomado los partidos proletarios, normalmente se suman al
gobierno o en su defecto asumen posiciones pacifistas, desmovilizando al
proletariado en su lucha por el poder.
En esta coyuntura, el proceso electoral
2013 prepara el camino de una situación no revolucionaria; las organizaciones
tradicionales intentan recomponerse en los territorios. Y se presenta un nuevo
proceso de reciclaje político; la derecha presenta nuevos cuadros y la
izquierda tradicional sucumbe en el intento.
Sin la propuesta de un proceso
insurreccional orientado hacia la Revolución Socialista, la Revolución
Ciudadana y el Sumak Kawsay vaciada de su espíritu, se propuso como la travesía
estratégica a cumplir; su carácter de clase y su acción programática determina
su orientación política, como herramienta para la profundización de la
revolución o el desate de la contrarrevolución y/o el fascismo.
Aunque, en el proceso electoral de febrero
2013, las direcciones políticas no incorporaron de manera general, la discusión
de los elementos sobre los que se constituiría el nuevo proceso de
profundización de la Revolución Ciudadana y sus pilares ideológicos y
estructurales; la población por su parte, apostó por el entendido primero del
Sumak Kawsay. El enfrentamiento y la resistencia contra el Imperialismo y por
otro lado, en el territorio, el enfrentamiento contra la burguesía y sus
representantes.
En esa medida, en el imaginario de la
población, la discusión estaba,… en la participación del poder, los procesos de
inclusión y su consolidación en esta época de la Revolución Ciudadana.
Triunfó la propuesta de profundizar la
Revolución Ciudadana, con la idea, de que lo mejor está por venir y Rafael
Correa, obtiene según la información de la página web de la CNE, el 51,68% de
los votos escrutados, en tanto su inmediato seguidor, Guillermo Lasso
(representante de la derecha política proimperialista) obtiene el 20,72%, Lucio
Gutiérrez 6,21% de los votos.
Diferentes sectores de la política
territorial asumen posiciones independientes y se pronuncian por apoyar las
obras positivas del gobierno de la revolución ciudadana.
La socialdemocracia en el gobierno
fortalece sus posiciones a nivel de los sectoriales y consolidan su tendencia
en el territorio, y disputan el espacio político en manos de la revolución
ciudadana.
La derecha política bajo el paraguas de
CREO y SUMA se construyen en los territorios la expectativa esta en torno a las
ciudades de mayor peso político Quito, Guayaquil, Cuenca, la campaña
presidencial 2017 reinicia, no están dispuestos a dar tregua.
En tanto las organizaciones sociales y de
masas no presentan aún una acción pública cohesionada, sin embargo este proceso
preludia una tendencia. “Hasta ahora nadie había puesto aún en duda que la
fuerza del movimiento contemporáneo
consistiese en el despertar de las masas …, y su debilidad, en la falta de
conciencia y de espíritu de iniciativa de los dirigentes revolucionarios” (Lenin,
Quehacer, 1902). De tal manera que en lo local, acudimos a un nuevo proceso
electoral, que sin enfrentar la propuesta del programa de la revolución
ciudadana, puso en evidencia la disputa del poder en los territorios.
Este proceso estuvo marcado por un manejo
territorial de caudillos, sin unificación del discurso y sin presentar
propuesta programática. Si se planteaba obras, todo era a partir de la imagen
presidencial; nadie, ni la oposición definió de manera puntual, en que
elementos iban a trabajar. El discurso fue vacio y pudo más la imagen del
caudillo de manera positiva o negativa respaldadas por la idea de que la imagen
del Presidente aguanta todo.
“En los procesos de mayor conciencia, en
los procesos de mayor presión por la democracia, es allí, donde los caudillos
generalmente representantes de la clase dominante infiltrada, aparecen y
recurren a las practicas aparentemente olvidadas, de sometimiento y engaño. En
la actualidad diríamos que vuelven a servirse de las viejas prácticas de la
partidocracia, haciendo espíritu de cuerpo e incluso defendiéndolas, porque
ahora son ellos, los que la aplican, y se acogen al poder de la clase
dominante, como única expresión de lo posible. El caudillismo, es una de las
principales armas políticas de agitación y ruptura, que tiene la clase en el
poder, para atentar contra la democracia y el desarrollo de las organizaciones
y regímenes democráticos y revolucionarios” (Kumbaya, El ejercicio de la
democracia y el caudillismo en el siglo XXI).
De tal manera que las condiciones del
movimiento de masas, y de las organizaciones revolucionarias, por una parte, y
la reconfiguración de la reacción de derecha en virtud de las políticas
encaminadas por el Gobierno de Frente Popular por otra, han configurado un momento no revolucionario que podría declinar hacia el fascismo.
Una vez que el proceso electoral de 2006
permite la implementación de un Gobierno de Frente Popular con la bandera de la
Revolución Ciudadana como propuesta política motriz, este pone a funcionar un
programa institucional generador de una nueva infraestructura, a partir del
cual se genera una acción de contención ideológica y política a nivel de la
superestructura del estado sumamente especializada y con un alto grado de
modernización en los procesos y herramientas, que son manipuladas por los
principales expositores y pensadores alineados por el lado de la Izquierda, la
Socialdemocracia e incluso de la Derecha, la Cooperación Internacional de
diferente sesgo, constituida desde los tecnócratas norteamericanos de la USAID,
hasta los tecnócratas de la Unión Europea y por supuesto la experiencia
reciente en el ejercicio del poder aglutinados en la propuesta del socialismo
del siglo XXI y articulados principalmente por Lula Da Silva, Daniel Ortega,
Raul Castro, Hugo Chávez y Heinz Dieterich Steffan.
Bajo un discurso nacionalista,
momentáneamente anti norteamericano, pero también anti aristocrático,
recogiendo un discurso populista, estilizado, con la imagen de intelectuales y
estadistas críticos del neoliberalismo, y una gran maquinaria especialista en
el Marketing Container, ubica su accionar político bajo un nuevo modelo de
ordenamiento donde los sectores no pelucones9, asumen la dirección
del Estado.
El proceso electoral 2014 muestra el
distanciamiento de las direcciones, llamadas eventualmente a orientar el
proceso de transformación, con las masas y sus organizaciones sociales.
Sin embargo, se debe considerar que, en el
proceso de la revolución permanente, las masas aún a riesgo de la probabilidad
de un proceso de desmoralización y
derrota, es capaz de seguir hacia adelante, aunque sin norte claro. A manera de
estampida sigue hacia el abismo de la derrota o hacia el triunfo del proceso
revolucionario.
Es
necesario destacar de este proceso seis elementos:
1.
Si bien la tendencia
general por sus características principales, apuntan hacia una situación no
revolucionaria, en cambio en algunos territorios, de manera contradictoria, la
organización social en apoyo al cambio consciente de estructura presenta un proceso
inicial de fortalecimiento y reconstitución; sin embargo la acción o reacción y sus organizaciones las de apoyo
y sostén ideológico y político del capitalismo, sociales y/o políticas también
llevan adelante procesos tendientes a su fortalecimiento y reorganización.
2.
La población de manera
general, sigue en la propuesta de la Revolución Ciudadana y el Sumak Kawsay,
aunque en los territorios desapruebe a sus representantes.
3.
La lucha política eficaz
por la revolución socialista en contra de la reacción fascista, solo es posible
en virtud de un proceso consolidado de construcción orgánica de análisis y
dirección que oriente y lidere, el proyecto de la Revolución y que enfrente de manera tenaz y
exitosamente la política burguesa10.
4.
La generación de cuadros
locales, regionales y nacionales es un imperativo; así como, la socialización
de la información, educación, análisis, crítica y autocrítica que nos permita tener una población con participación
y decisión efectiva.
5.
Sin embargo nada de esto
tendrá fundamento si no se armoniza la propuesta ideológica y del análisis de
las condiciones sociales de producción y explotación, con la propuesta
programática de cambio y transformación, es decir sin un marco teórico de
análisis y sin programa no existe proceso que garantice el propósito
estratégico planteado11.
6.
Por último, el sujeto de
la revolución siempre debe ser incorporado en los análisis, en las decisiones y
las acciones, caso contrario su acción espontanea puede llevar por delante el
proceso y afectarlo irremediablemente.
Referencias
[1] Situaciones
prerrevolucionarias, o prefebrero: “se dan cuando el régimen burgués entra en
crisis y el pueblo rompe con él dejándolo sin ningún apoyo social. Son
prerrevolucionarias porque aún no está planteado el problema del poder, pero ya
están maduras las condiciones para que se plantee. Se convierten en
revolucionarias cuando las masas populares logran unificar su odio al régimen
en una gran movilización unificada a escala nacional, provocando que la crisis
del régimen se convierta en total y absoluta.” (Nahuel Moreno, Las revoluciones
del Siglo XX).
[2] Todo lo que
ocurra con los regímenes y gobiernos son sólo reformas, en tanto no se cambie
el carácter de clase del estado…El
proceso opuesto a la revolución es la contrarrevolución. El opuesto a la
reforma es la reacción (Nahuel Moreno, Las revoluciones del Siglo XX).
[3] Una etapa
revolucionaria no puede dejar de serlo si la burguesía no derrota duramente, en
la lucha, en las calles, al movimiento obrero. Pero la burguesía, si tiene
márgenes, puede maniobrar, convencer al movimiento obrero de que deje de
luchar. Se abriría así una situación no revolucionaria, pero la etapa seguiría
siendo revolucionaria porque el movimiento obrero no fue derrotado. Incluso, la
burguesía puede reprimir al movimiento obrero sin llegar a los métodos de
guerra civil y asestarle derrotas parciales que lo hagan retroceder, abriendo
una situación reaccionaria, pero que seguiría estando dentro de la etapa
revolucionaria. (Nahuel Moreno, Las revoluciones del Siglo XX).
[4] Militante de
la organización política de gobierno Alianza PAIS.
[5] Alfredo
Palacios fue Vicepresidente del defenestrado Lucio Gutiérrez, junto con el
encabezaron el primer ejercicio de un Gobierno de Frente Popular después del
regreso a la democracia representativa. Recibió el respaldo al igual que Rafael
Correa de las organizaciones Tradicionales de la Izquierda, así como de las
organizaciones sociales y sindicales. Sin embrago tuvo una participación más dura
con la derecha y su representación Internacional.
Un Gobierno de Frente Popular no es
otra cosa que, un gobierno en donde las diferentes clases sociales
tienen participación (burguesía, Pequeña Burguesía, Proletariado), en este
contexto sigue rigiendo la burguesía con el apoyo de varios sectores sociales
de las otras clases.
[6] Levantamiento
popular, que echó abajo al gobierno de Lucio Gutiérrez y cuya principal expresión se dio en Quito.
La composición de clase de este levantamiento fue mayoritariamente de clase media y configurada principalmente
por sectores urbanos.
[7] Alberto
Acosta facilita la primera jornada de discusión teórica de la constituyente,
ratifica el poder en la presidencia de Rafael Correa y no en la Constituyente y
luego entrega la constituyente a manos de Fernando el Corcho Cordero que venía
de las filas de la Estructura de Ciudadanos Nuevo País consolidada
principalmente por organismos no gubernamentales y una parte de representantes
universitarios.
[8] El negocio,
el comercio, la adquisición y la entrega de la obra pública facilitada a partir
de INCOP como de las estrategias de producción y comercialización desde el
ejecutivo y sus ministerios especializados.
[9] Bajo este
criterio se configura de manera idealista, retrograda pero modernizada la
propuesta republicana de la revolución francesa y asume la posición liberal y
discursiva de personajes que se identificaron ideológicamente con dicho
planteamiento (Simón Bolívar).
[10] Es preciso
ayudar a las masas, en el proceso de lucha cotidiana, a encontrar el puente
entre sus reivindicaciones actuales y el programa de la revolución socialista.
Este puente debe consistir en un sistema de reivindicaciones transitorias,
partiendo de las condiciones actuales y de la conciencia actual de amplias
camadas de la clase obrera y conduciendo invariablemente a una sola y misma
dirección: la conquista del poder por el proletariado”. (El Programa de
Transición, Trotsky 1938)
[11] Sin teoría
revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario. (Quehacer
Vladirmir I. Lenin, Febrero 1902)
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